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Hace un par de semanas participamos en el Campeonato del Mundo UCI Gran Fondo 2018 que tuvo lugar en la localidad Italiana de Varese. Una bonita experiencia compitiendo con más de 3.000 corredores de 60 países.
El mundial se desarrolló a lo largo de 5 días, desde el 29 de agosto hasta el 2 de septiembre. Las jornadas de competición comprendían una prueba contrarreloj individual, una prueba por equipos y la prueba en línea. Además de la competición, también se celebraron diversas cenas y fiestas para amenizar la estancia de corredores y acompañantes en la ciudad.
La ciudad de Varese se encuentra situada a los pies del «Sacro Monte di Varese», que forma parte del Macizo del «Campo dei fiori» y es sede de un observatorio astronómico, además del Centro Geofísico Prealpino. Se dice que su nombre deriva de un término celta, var, que significa agua, pues muy cerca se encuentra un gran lago que lleva su nombre. También recibe el sobrenombre de «Città Giardino» (Ciudad Jardín), pues dispone de numerosas zonas verdes.
UCI GRAN FONDO WORLD CHAMPIONSHIPS 2018
Varese doyoulake?Amazing! Incroyable! Wunderbar! Precioso! Maravilhoso! Underbar! замечательный! 素晴らしい! 精彩!Thanks to: Akira Nagatsuma, Barry Daniels, Jean Louis Quille, Aleksander Bako, Richard Walsh, Tommy Isaksonn, Pascula Cremades, e Issy ZimmermanUCI Granfondo World Championships Varese UCI Gran Fondo World Series Società Ciclistica Alfredo Binda ASD Camera di Commercio di Varese Comune di Varese Varesegranfondouci2018 Junro Nagashima
Gepostet von Varese Sport Commission am Montag, 3. September 2018
El Mundial comenzó con la ceremonia de inauguración el día previo a la disputa de la prueba contrarreloj. Ese día se abría también la oficina permanente situada en la Plaza de la República, centro neurálgico de la competición que contaba con un gran aparcamiento y una pequeña feria con varias marcas que colaboraban con el evento. La ciudad se volcó con el evento, Ayuntamiento y entidades como la Cámara de Comercio junto con las fuerzas de seguridad, colaboraron para que todo fuera un éxito. Un gran equipo de voluntarios (más de 800 en total) hacían que todo fuera sobre ruedas.
El jueves la prueba contrarreloj individual dio el pistoletazo de salida a la competición con una prueba llana de 22 kilómetros apta para especialistas. La meteorología fue muy buena, y la prueba se disputó con sol y una temperatura agradable.
El viernes la lluvia hizo acto de presencia y fustró nuestros planes para reconocer el circuito completo. Una fuerte tormenta obligó a los organizadores a cambiar de ubicación las actividades que tenían prevista su celebración en la Plaza de la República. Este día se disputó la prueba de relevos por equipos que aunque no otorga títulos mundialistas goza de gran acogida por parte de corredores y público.
El sábado por la mañana todavía seguía lloviendo con bastante intensidad, pero a mediodía salió el sol y con él centenares de ciclistas se lanzaron a la carretera para mover un poco las piernas y reconocer algo del terreno al que nos tendríamos que enfrentar el día siguiente. Allí coincidí con varios españoles: Asier Ilzarbe y Mónika Daza del Club Bera Bera de San Sebastián, Rafael Pérez y Ricardo Iturbe (AC Hoteles), Chano (Vintage Car Paint), Luis Alberto García Landa (Kapelmuur), Pascual Cremades (Bicifran), Fernando García (Guía Color – Inverse), Jesús Robles, Carlos Cuenca, José Manuel Toribio, José Luis Pico (Moscovitas de Rialto), Sergio Verdú, Raúl Portillo, Rubén Fdez. Oliveira, entre otros.
Por fortuna el domingo, cuando se disputaba la prueba en línea, amaneció soleado y con buena temperatura. A pesar de que las carreras empezaban muy temprano –los primeros salieron a las 7:30AM– no hacía frío. La salida estaba situada en una gran avenida que la organización había vallado y separado en los diferentes grupos de edad. Carteles indicadores indicaban cada grupo de edad por lo que era sencillo encontrar el que correspondía a cada uno. A medida que salía el grupo anterior, el resto avanzaba hacía la línea de salida. Cada grupo esperaba 7 minutos desde la salida del anterior.
Los primeros kilómetros hasta el primer puerto discurrían por buenas carreteras que permitían progresar hasta la cabeza con relativa facilidad. Personalmente salí desde las últimas posiciones del grupo de 40 a 44 años, compuesto por más de 250 corredores y pude alcanzar la cabeza apenas 6 kilómetros después, aprovechando incluso para rodar escapado unos kilómetros junto al italiano Matteo Benedetti. Por el camino dábamos alcance a algunos corredores que habían salido en el grupo anterior y que tal vez hubiesen sufrido alguna avería u otro tipo de imprevisto.
En el puerto los pelotones se rompieron y se dividieron en muchos grupos más pequeños. Las bajadas eran muy rápidas y estrechas, por lo que había que extremar la precaución. Yo pude hacer varios descensos tras Andrea Nicosia, responsable de la empresa One More Ride y uno de los diseñadores del recorrido, por lo que lo conocía a la perfección y avisaba con antelación de la peligrosidad de la curva que venía a continuación. Como es normal con tantos corredores, se produjeron bastantes caídas, pero que sepamos ninguna de gravedad. En el grupo rodaban también alemanes, belgas, holandeses…
La sensación de seguridad a lo largo de toda la prueba fue bastante buena. Según dijo la organización, contaba con más de 800 voluntarios y lo cierto es que su presencia, junto a la policía, se notaba en los cruces del recorrido. No es fácil controlar el tráfico en un recorrido de 130 km con más de 2.500 ciclistas, y aunque sí que se vio algún conductor despistado, rápidamente se le advertía para que detuviese su vehículo.
Por poner alguna pega, la carretera estaba bastante rota en muchos tramos, provocando pinchazos como el que me afectó a mi. A pesar de que había algunos coches neutros, en la práctica había que llevar repuesto si no querías quedarte tirado.
La organización hizo bastante incapié en el tema de la limpieza. A lo largo del recorrido había cuatro puntos de avituallamiento, donde se habían situado otras tantas zonas para que los corredores pudieran arrojar la basura. Aquellos que fuesen vistos arrojando desperdicios fuera de dichas zonas serían sancionados. Además del puesto de avituallamiento oficial, donde te daban alguna botella de agua o comida en marcha, también había quien se había llevado sus propios auxiliares con bolsas de avituallamiento.
Hay que hacer una mención especial para todo el público que se acercó a las cunetas para seguir la carrera y que animaba con pasión a todos los corredores, desde el primero al último.
Una vez terminada la prueba, tras devolver el transponder y revisar la lista de seleccionados para pasar el control antidopaje, que se limitó a los ganadores de cada categoría, y el corredor con dorsal 2024 José Adrián Bonilla (Costa Rica), acudimos a la zona donde la organización había preparado comida para los corredores donde no podía faltar, estando en Italia, la pasta.
Fue una bonita experiencia que pudimos compaginar con algo de turismo por la zona disfrutando de la impresionante ciudad de Milán y de las duras rampas del Stelvio.
Muy grande 😉