¿Por qué lo llaman accidentes cuando son homicidios?

Dos borrachas que atropellan a dos ciclistas y matan a uno de ellos no es un accidente sino un siniestro con resultado de homicidio, señores periodistas.

Matar al volante es muy barato en España y los delincuentes viales (porque conducir cuadruplicando la tasa máxima de alcoholemia es delito) siguen sin tener el castigo penal y social que merecen. El delincuente que mata al volante debería ser tratado y considerado igual que el que mata con un arma.

Uno de las muchas cosas que deben cambiar para terminar con esta lacra de muertes en la carretera (insisto, no sólo de ciclistas, que también mueren otros conductores por culpa de delincuentes como estas dos) es concienciar a la sociedad y llamar a las cosas por su nombre. Igual que las noticias de asesinatos de mujeres se manejan con especial cuidado, y no falta por ejemplo el recordatorio del teléfono de asistencia a las víctimas, la prensa debería aprender a diferenciar un accidente de un homicidio. Un accidente es, por definición, inevitable, y la mayoría de siniestros de circulación tienen causas evitables. ¿Por qué no se trata con la misma gravedad la violencia vial?

Y por si esto fuera poco, el gobierno vende a los ciudadanos y legisla a favor de las aseguradoras dejando desamparados a los familiares de las víctimas, que ven como los culpables en ocasiones ni siquiera son juzgados y tienen que conformarse con el criterio de las aseguradoras a la hora de cobrar una indemnización. ¿Te parece justo? Pues denúncialo y apoya a Anna González en su lucha por una ley justa.