violencia vial

Urge poner freno a la violencia vial

violencia vial1.600 fallecidos anualmente en las carreteras es una cifra intolerable a la que urge ponerle freno.

En una reciente intervención del ministro de justicia, éste reconoció que “cada asesinato de una mujer es un fracaso de todos como sociedad” y que “sigue habiendo demasiadas víctimas”. Zoido incidió en la necesidad de implantar un “planteamiento multidisciplinar y transversal” para “erradicar” la violencia de género y ha defendido introducir en las aulas a través de la reforma educativa la prevención de la violencia de género en los currículos básicos de primaria, secundaria y bachillerato.

Si cambiamos un par de palabras en el párrafo anterior veremos como es perfectamente aplicable a las muertes en la carretera:

«Cada víctima de la carretera es un fracaso de todos como sociedad; sigue habiendo demasiadas víctimas. Es necesario un planteamiento multidisciplinar y transversal para erradicar la violencia vial. Es necesario introducir en las aulas la prevención de la violencia vial en los currículos básicos de primaria, secundaria y bachillerato.»

La cuestión es, ¿por qué no se ha hecho nada y ni siquiera es sujeto de debate público? Los medios de comunicación nacionales no se suelen hacer eco de las noticias sobre víctimas en la carretera, salvo cuando tienen especial relevancia por el número o por la calidad de las víctimas. Si lo hicieran, tendrían que cubrir cada día más de 4 muertes, por no hablar de los millares de heridos. ¿Os imagináis que cada día murieran más de cuatro mujeres? Sería un escándalo, y con razón, ¿pero por qué no sucede lo mismo con los muertos en la carretera?

A continuación os dejo la carta de Carlos Moure,  presidente de la Fundación ADO Moure –una de cuyas actividades es la defensa del ciclista–, publicada en La Voz de Galicia que creo que refleja el sentir de la mayoría del colectivo.

Al legislador, de un ciclista

Qué le hicimos los ciclistas a la sociedad? ¿Por qué no pueden ni vernos? ¿Por qué les estorbamos? ¿Por qué vivimos con tanta prisa que no pueden reducir unos segundos la velocidad para adelantarnos con seguridad? ¿España es un país civilizado? Aunque lo parezca no son preguntas de fácil respuesta. Pretendemos hacer deporte, pasear con nuestros hijos o padres, disfrutar de la naturaleza y el paisaje y gran parte de la sociedad nos rechaza abiertamente hasta desearnos el peor destino, incluyendo al legislador por mostrarse insensible y despreciarnos abiertamente. No solo pedimos que nos respeten cuando utilizamos las vías públicas (eso, públicas, de todos) sino que exigimos que nos respeten; si el ciudadano no lo hace la obligación del legislador es obligar a los conductores a que lo hagan (educar y, a donde no llegue la educación, sancionar y penalizar, sin más). Aburre escuchar comentarios sobre que los ciclistas no respetan la señalización. Pues se les denuncia y punto. Pero, ¿y los que vamos bien y nos matan o nos arrollan impunemente como se ve todos los días, dejándonos tirados como ya ni se deja a los perros? Que castiguen duramente a los responsables.

Somos la parte más débil y el legislador es cómplice pasivo y directo de los delitos que se cometen contra nosotros. Que a nadie le importe demuestra mucho de esta sociedad, pero que a los dirigentes no les importe da, sencillamente, asco. Reuniones, reuniones y más reuniones y nos siguen matando. Señores, su obligación es garantizar nuestro derecho a la vida. Su mensaje hacia las víctimas (siempre la parte más débil y menos protegida) es «No nos importáis, así de claro, no nos molestéis, si perdiste a un ser querido es tu problema, que no montara en bici. Al que lo mató le pondremos un abogado para que lo defienda y que nadie lo toque. Tiene sus derechos, que descanse junto a su familia y olvide el accidente cuanto antes; y tú, víctima, vete a llorar a tu casa. Si vemos que haces ruido te concederemos un minuto para decirte que estamos trabajando en ello. Y luego lárgate ya y no vuelvas». A lo mejor lo dicen con modos más amables pero con la misma intención.

No os pedimos que protejáis a las víctimas, os lo exigimos. Dejad a un lado vuestro talante y poneos a ello. No hay nada más mezquino y repugnante que despreciar una vida humana y anteponer claramente los derechos de los infractores/delincuentes a los de las víctimas. Dedicad unos minutos a ver algunas imágenes de ciclistas y peatones aplastados solo en este año. Y sentencias judiciales muy ilustrativas sobre ello. Quizás os ayude a decidiros de una vez. Y ojalá esto nunca os pase a vosotros, a vuestros hijos o a vuestros padres. Entonces seguro que lo veríais con otro prisma.

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