La objetividad de Ciclismo Máster

Todo comentario educado y sin faltar al respeto a nadie es bienvenido en esta web. Aunque hoy he recibido un comentario que considero injusto. Dice así:

Deberías ser un poco mas objetivo y no escribir crónicas espectaculares de las carreras q ganan los capos,como tu dices, y de las demás carreras como si fueran una simple anécdota del fin de semana y algunas ni siquiera eso,pasas de ponerlas,por no decir q el mismo merito tiene el q gana una carrera de m30 que el q gana una de m40, a no ser q el m40 sea otro capo parece q ese día solo se corrió la manga de los m30.

Escribo generalmente tres tipos de crónicas, las de las carreras en las que participo y puedo ver lo que ocurre o preguntarlo a los protagonistas, las de aquellas pruebas en las que hay vídeos u otras crónicas mediante los cuales puedo hacerme una idea de lo ocurrido para contarlo y otras donde símplemente conozco el resultado final a través de las clasificaciones. Las primeras suelen ser más extensas y con más detalles, las segundas algo menos, aunque depende de la cantidad de información que encuentre y de las últimas suelo poner los ganadores, las clasificaciones y poco más.

En todas ellas intento ser objetivo, que según la definición de la RAE significa «Perteneciente o relativo al objeto en sí mismo, con independencia de la propia manera de pensar o de sentir», vamos que independientemente de los protagonistas siempre intento limitarme a contar lo que pasó en la carrera. Eso no significa que lo cuente todo, sencillamente porque no es posible. En una carrera hay tantas crónicas como corredores. Cada participante podría contar una película y muchas ni siquiera se parecerían. Es cierto que generalmente me centro en lo que pasa en la cabeza de carrera, lo que hace que los protagonistas se repitan con frecuencia, pero siempre intento nombrar a todos los que intentan meterse en una escapada, luchan por neutralizar la fuga, etc.

No creo que las crónicas sean más espectaculares cuando ganan los capos. Sin ir más lejos, ahí está una de las últimas crónicas que he escrito, la del Trofeo Cervera de Pisuerga. Cogimos la escapada seis «mindundis» y en el pelotón trabajó el conjunto salmantino del HyD. Dos «capos» como de Vicente y Larrea sólo aparecen una vez en toda la crónica. Si la podéis leer, creo que no difiere mucho de otras en las que los protagonistas tienen mucho mejor cartel.

Hace mucho escuché una frase que decía «las carreras las hacen los últimos«, y tiene toda la razón del mundo. Si sólo salieran los 10 que tienen opciones a la victoria, las carreras no tendrían ninguna gracia. El mismo mérito, o si me apuras incluso más, tiene alguien que trabaja tiene familia y saca tiempo para entrenar e ir a las carreras aunque no se acerque a los primeros puestos, que aquellos que hacen vida de profesional y ganan carreras casi sin oposición. Siempre intento que las imágenes de portada de las páginas en las redes sociales (Facebook, Google+, Twitter…) sean imágenes generales del pelotón, pues todos los corredores importan. Estas últimas semanas he roto esta tendencia, porque los protagonistas se lo merecían o porque la foto era espectacular.

No entiendo a qué viene eso de las carreras de máster 30 y máster 40. Cuando una carrera tiene varias mangas suelo poner el resultado de todas ellas, salvo que no encuentre información de alguna. Obviamente, si yo participo en la categoría de máster 30, podré contar más detalles porque lo veo directamente. Y ya por terminar con el tema este de las categorías, aprovecho para recordar la cobertura que hice de los pasados Campeonatos de España, donde entrevisté a corredores de todas las categorías, desde senior hasta máster 60. Los corredores más veteranos (M50 y M60) tienen el mismo o mayor mérito que los más jóvenes, pero por el tipo de carreras que se suelen hacer, su papel se ve limitado a aguantar en el pelotón para ser el último en descolgarse. Hay casos excepcionales como Meoki, Luciano Mitxelena, Javier Murgialdai, Lurgain, por citar a algunos que me vienen a la memoria que sí suelen ser protagonistas y aparecen como tales en las crónicas.

Intento dar la mayor cobertura posible a todas las pruebas. Este año escribí bastante sobre ciclocross, una modalidad que en España no tiene el caché con el que cuenta el ciclismo en ruta. También hago esfuerzos por contar cosas de carreras que me pillan muy lejos, como las del sur, las de Galicia o las de Cataluña, región esta última donde sí que tienen motivos para quejarse por la escasa cobertura con que suelen contar sus pruebas. Por desgracia el día tiene 24 horas, de las cuales 8 se van en el trabajo, 3 entre desplazamientos, desayuno, comida y cena, 2.5 para entrenar y 7 para dormir lo que deja 3.5 horas para Ciclismo Máster. No puedo escribir sobre todas las carreras que se celebran cada fin de semana. Las carreras más prestigiosas tienen mucha más repercusión, y es más sencillo encontrar información, por eso siempre suelen aparecer en la web. Pero volviendo a poner otro ejemplo de actualidad, la crónica del Campeonato de Madrid fue bastante breve porque no encontré demasiada cosa, así que me limité a poner lo que me envió en organizador adornándolo con alguna cosa que leí por ahí.

Por último, siempre me ha gustado enlazar en mis artículos otras crónicas de terceros, con el objetivo de que el que esté interesado pueda hacerse una idea general de lo que ocurrió la carrera desde varios puntos de vista. Por desgracia, muchas veces estas crónicas no están disponibles en el momento de escribir la mía, o se publican en redes sociales que no permiten enlazarlas, por lo que últimamente el apartado «Otras crónicas» está más vacío de lo que me gustaría.

Esta web siempre está abierta para todos, desde el «capo máximo» hasta el último del pelotón. Lo mismo para todas las pruebas, sean «romerías» o carreras MásterProTour. No creo que ningún organizador que se haya puesto en contacto conmigo pueda tener queja del trato recibido.

No quiero extenderme más para no aburriros. Termino dando las gracias a todos los que seguís la web. Nunca pensé que esto llegara tan lejos. Al igual que pasa con la categoría, «se nos va de las manos«.