Esta mañana se ha disputado en Valladolid, dentro del programa de fiestas del Barrio de las Delicias, la clásica prueba que lleva el nombre de Trofeo Virgen del Carmen. Con esta son ya cincuenta y cinco las ediciones que se han celebrado, organizadas a través del Velo Club Delicias por Paulino.
La suspensión de la carrera de Vallecas hacía pensar que la carrera contaría con una participación masiva de corredores llegados de la Comunidad de Madrid, sin embargo, en total seríamos unos 100 los ciclistas que tomamos la salida situada en la Plaza del Carmen. De Madrid llegaron los Mariscos Castellar, Esteve, AC Marriott, desam.es. También acudieron fieles a la cita equipos Castellano Leoneses como los palentinos del Deportes Fernando, los leoneses del Turisleón, burgaleses del Ciclos García. Los «anfitriones» del Más Madera Valladolid tampoco faltaron. Y por último, pero no menos importantes, corredores a título individual que no se pierden ni una como Casabal, Zeberio, Alexis Rodríguez, Larrea y muchos otros algo más anónimos pero que intentan disputar a tope las carreras.
La meteorología fue benévola, con algo de calor mitigado por una ligera brisa que soplaba del este. Durante la espera en la línea de salida, mientras los jueces pasaban lista, el sol pegaba con fuerza, pero una vez emprendida la marcha la sensación de calor no era tan fuerte.
Hubo polémica antes de salir porque los jueces, aplicando la normativa, recordaron a los campeones de Castilla y León (salvo el M50 Juan Trapiello) que debían portar el maillot que les acreditaba como tales. Finalmente dejaron salir a todos ellos. Otro aspecto que suscitó comentarios fue que, en previsión de un sprint masivo, comentaron que se tomarían puestos en el paso por el alto de Portillo, y que la clasificación se haría en base al paso bajo el arco. Los jueces no disponían de foto finish o sistema equivalente, únicamente de las tradicionales grabadoras, con las cuales es casi imposible registrar una llegada masiva. Hubo quejas porque la inscripción costó 12 €, algo más cara de lo normal en la categoría, por lo que la organización se podría haber «estirado» algo más y haber dispuesto algún sistema para registrar la llegada de los corredores.
Personalmente no me suele importar el puesto en el que llego a meta. Me conformo con intentar disputar la carrera, no caerme y pasarlo bien, dentro de lo que cabe, pues cada vez se va más rápido y cuesta mucho asomar la cabeza por las primeras posiciones. Sin embargo, entiendo a los que exigen que, si pagan una inscripción, la carera reuna unos requisitos mínimos. Tampoco debemos olvidar que corremos en una categoría de «veteranos», compuesta por aficionados a este bonito deporte, aunque en estos últimos tiempos se vaya asumiendo ciertas características de las categorías Élite/Sub-23 o incluso de los pros. Ya veréis como viene el mercado de «fichajes» para el año que viene. Veo al Euskaltel corriendo en másters 🙂
Crónica
Bueno, despues de todo este rollo, vamos con lo púramente deportivo. Los corredores marchamos neutralizados por las calles de Valladolid hasta la carretera de rueda, a la altura del hotel Lasa Sport donde las azafatas de la carrera dieron el banderazo (literal) de salida. Fueron los corredores de la cadena de hoteles AC Mariott los que tomaron la cabeza de carrera, marcando un ritmo rápido que hacía difícil abandonar la compañia del pelotón. No faltaron sin embargo los intentos de fuga.
Ningún grupo conseguí distanciarse del pelotón, y los contínuos saltos acercaban una y otra vez al grueso del pelotón hasta la cabeza de carrera. El cuentakilómetros marcaba contínuamente 45 km/h, lo que indicaba que el ritmo era alto.
Nosotros (Más Madera Valladolid) íbamos dejando hacer mientras la carrera se acercaba a La Pedraja de Portillo, donde teníamos preparada una emboscada para sorprender al resto de corredores, es la ventaja de correr en casa 🙂
Poco antes de llegar a la citada localidad Rodrigo marcaba el ritmo en cabeza, con el resto de compañeros a rueda, yo tomé la alternativa unos metros antes del giro a la derecha aumentando la velocidad y provocando un buen látigo a la salida de la curva. Cáceres me dió el relevo y gestionó la sucesión de curvas donde las motos y coches, sorprendidos, nos obligaron a frenar. Siguió Dani poniendo velocidad a un pelotón ya muy estirado. Galván hizo agónico el pequeño repecho situado a la salida del pueblo y Alberto continuó en el descenso. No me dio tiempo a mirar para atrás, concentrado en seguir relevando a tope. Aunque la estrategia creo que era buena, nos faltó algo más de fuerza. A la salida de Mojados echamos un vistazo hacía atrás y vimos que teníamos encima al pelotón. Lástima no tener las piernas de Benatti para haber hecho un buen destrozo 🙂
La carrera siguió desde ese momento con la misma tónica que antes, rumbo a la primera de las dos subidas del día: el alto de La Garganta. El ritmo que marcó Alexis desde abajo neutralizó una pequeña fuga en la que rodaban tres de mis compañeros (Rodri, Miranda y Adolfo). El salmantino siguió marcando el ritmo en el páramo y en la bajada que conduce a Portillo.
Allí comenzaba la segunda ascensión, más corta pero muy dura. Creo que tendrá un 10% de pendiente media, con la dificultad añadida de que durante la segunda mitad se rueda sobre un firme empedrado muy irregular. Los más fuertes o mejores escaladores se destacaron con facilidad, coronando cuatro corredores encabezados por Miguelín del Deportes Fernando. Mi compañero Alberto también era parte del cuarteto y creo que los otros dos eran Pispajo (Esteve) y Alexis.
Por detrás un rosario de corredores organizados en pequeños grupitos. La subida hacía sencilla la labor de los jueces de anotar los dorsales al paso bajo el arco. En el descenso apreté para alcanzar al grupo que rodaba delante de mi. Muchos corredores teníamos compañeros delante y la colaboración no era buena, por lo que apenas se redujo la desventaja con el grupo que nos precedía.
Por delante Ramón (Turisleón) y Alexis Rodríguez cogían algo de ventaja, mientras por detrás Pispajo (Esteve) no se fiaba de Alberto y Galván (Más Madera Valladolid). Finalmente el duo cabecero llegó destacado hasta la línea de meta, imponiéndose Ramón por delante de Alexis (que ganó en M30). La tercera posición fue para Alberto.
El año pasado hubo un par de montoneras, en la segunda de las cuales me vi implicado. Este año no hubo que lamentar caídas masivas, sin embargo sí que se produjo un enganchón entre dos corredores (sin consecuencias) en la subida a La Garganta y otra más seria en el sprint del pelotón en la que como consecuencia de un afilador, cayeron Luis Miguel Vela (Esteve, con luxación de clavícula) y Antonio Curto (Spormitic, «chapa y pintura» y deseando correr de nuevo). Deseamos una pronta recuperación a estos corredores. Recordad que siempre hay que mantener la concentración en carrera, incluso después de cruzar la línea de meta pues nunca sabes lo que te puedes encontrar hasta que te detienes por completo. Respecto a los sprints masivos, hay que intentar mantener siempre la línea recta, sin estorbar a los compañeros. Aunque algunas veces las caídas son inevitables, no nos jugamos nada que justifique el riesgo de dar con los huesos en el suelo, que está muy duro.
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