Conoce cómo entrenar con frío mejora tu rendimiento

Entrenar con frío, tal como sugieren recientes estudios, puede mejorar la sensibilidad a la insulina y reducir el riesgo de diabetes de tipo II.

A medida que el invierno se asienta y la meteorología se vuelve cada vez más hostil, aumenta la pereza para coger la bici y salir a entrenar. Sin embargo, un estudio reciente sugiere que los beneficios fisiológicos del ejercicio con bajas temperaturas podría proporcionar mejores resultados que los entrenamientos realizados con un clima más cálido, lo cual es una gran noticia si necesitas una motivación extra para salir durante el invierno.

La insulina y la grasa corporal

Para entender por qué los entrenamientos en climas fríos aportan mayores beneficios en tu estado físico, primero necesitamos conocer algunas cosas sobre la insulina y la grasa corporal. La insulina es una hormona producida en el páncreas que facilita el uso de glucosa (azúcar) para obtener energía; después de las comidas, tras la digestión aumenta la cantidad de  azúcar en la sangre y el páncreas reacciona produciendo más insulina para transportar la glucosa de la sangre a las células, donde será utilizada como energía. Cuando el cuerpo comienza a perder parte de su sensibilidad a la insulina, los niveles de azúcar en la sangre se disparan, lo que conduce a la hiperglucemia, un síntoma de diabetes de tipo I y de tipo II.

La sensibilidad a la insulina indica lo bien que se puede procesar el combustible, independientemente de su estado diabético, por lo que es importante que los deportistas seamos conscientes de esto. ¿Qué hace que tu cuerpo sea resistente a la insulina? Hay una serie de factores, pero el principal es el aumento del almacenamiento de grasa.

El cuerpo almacena dos tipos de grasa; la blanca y la marrón. Cuando pensamos en grasa, solemos pensar en la grasa blanca: es la que se encuentra bajo nuestra piel, almacena energía extra, nos mantiene aislados del frío, y a veces hace que nuestras ropa nos quede más justa de lo que nos gustaría. También disminuye nuestra sensibilidad a la insulina, y contribuye a la diabetes tipo II. La grasa marrón es menos conocida; se acumula alrededor del cuello y de parte superior de la espalda, y ayuda a quemar calorías y mantener la temperatura corporal. La grasa marrón también ayuda a aumentar la sensibilidad a la insulina.

Tradicionalmente, el enfoque para aumentar la sensibilidad a la insulina ha sido simplemente perder peso quemando más energía o comiendo menos, lo que se conoce como «balance calórico», para disminuir la masa corporal y aumentar su sensibilidad a la insulina. Pero el funcionamiento del cuerpo humano no es tan sencillo. No todas las personas reaccionan igual ante el entrenamiento o las dietas.

Beneficios de entrenar con frío

Aquí es donde llegan las novedades: recientes estudios han demostrado que la grasa blanca puede asumir las características de la grasa marrón cuando se practica ejercicios con bajas temperaturas, aumentando la sensibilidad de la insulina y acelerando el metabolismo de la glucosa. Mientras que las vías exactas son desconocidas, la combinación de la exposición al frío y el ejercicio parecen mejorar el consumo de grasa en el hígado y en los músculos, así como la función mitocondrial. Esto puede conducir a la mejora de la sensibilidad a la insulina, independiente del cambio en el peso corporal.

Las investigaciones también sugieren que ahora sería un buen momento para empezar a reconsiderar cómo nuestros cuerpos reaccionan a temperaturas más frías. El entrenamiento en el frío ayuda a aumentar la capilarización –que mejora el flujo sanguíneo y la función muscular– al igual que el entrenamiento aeróbico, que es importante para el rendimiento, la función inmune y el bienestar general.

Así pues, recordad este artículo cuando se os congelen manos y pies, y vuestra nariz empiece a gotear mientras pedaleáis sobre vuestras monturas.

Referencias

• Cool Temperature Alters Human Fat and Metabolism
• Cold acclimation recruits human brown fat and increases nonshivering thermogenesis