La prueba se decidió en un sprint masivo donde el corredor vasco del Retelec fue el más rápido.
La mañana amaneció con una densa niebla, que por fortuna se disipó, dejando un buen día para la práctica del ciclismo. La participación fue todo un éxito, con prácticamente 200 corredores en la línea de salida.
La carrera fue muy rápida, como muestra la media del vencedor, cercana a los 43 km/h. El recorrido incluía tres pasos de montaña. Tan sólo el último de ellos provocó que se rompiese el pelotón, dejando por delante un nutrido grupo de unos cincuenta corredores, seguido por otro grupo similar, que no consiguió alcanzar al primero.
Casi 150 corredores lograron finalizar la prueba.