Una de las fases más importante del entrenamiento es la fase de recuperación. En este artículo veremos como la crioterapia, la utilización del frío, puede ayudarnos para acelerar la recuperación y afrontar el siguiente entrenamiento completamente recuperados.
La crioterapia se define como la aplicación del frío con fines terapéuticos. Sus orígenes se remontan a tiempos muy remotos, hay evidencias de que en el año 2.500 AC los egipcios ya usaban el frío como terapia, sin embargo esta técnica tal como la conocemos en la actualidad se desarrolló a finales del siglo XX.
Seguramente muchos conozcáis los efectos positivos que tiene el frío sobre lesiones y su uso en la fisioterapia deportiva, pero también podemos aprovechar esta técnica cuando estamos completamente sanos. La lista de deportes donde se emplea esta técnica es sumamente larga y dispar: atletismo, ciclismo, baloncesto, beisbol, fútbol e incluso golfistas usan el frío para acelerar su recuperación tras el entrenamiento. Incluso estrellas del cine como Tom Cruise o Demi Moore utilizan la crioterapia por sus efectos terapéuticos y estéticos.
Entre los principales efectos de la crioterapia que tienen un impacto directo en la reducción del tiempo de recuperación entre sesiones de entrenamiento podemos citar los siguientes:
- Vasoconstrición: los capilares se contraen y como consecuencia se potencia el retorno venoso, la sangre se oxigena en los pulmones, acelerando así la reconstrucción de las fibras musculares dañadas durante el ejercicio.
- Antiinflamatorio: el efecto anterior de la vasoconstricción también tiene un efecto sobre la inflamación de los tejidos, reduciéndola en gran medida.
- Analgésico: el frío tiene un efecto analgésico (reduce el dolor) que alivia las molestias producidas por las microrroturas de fibras musculares durante el entrenamiento.
- Reducción del metabolismo: gracias a esto nuestros músculos demandan menos oxígeno, y se reduce la generación de sustancias nocivas que acarrea el estrés físico al que se han visto sometidos.
Métodos de aplicación de la crioterapia
Existen diversas técnicas de aplicación de frío. Cuando hablamos de recuperación, especialmente en el caso del ciclismo, nos referimos a grandes grupos musculares, no una zona concreta, en nuestro caso particular lo que buscaremos es enfriar las piernas.
Sea cual sea el método escogido, conviene aplicarlo inmediatamente después del entrenamiento, antes de la ducha pero después de estirar nuestros músculos. El estiramiento favorece la relajación de la musculatura y previene espasmos o calambres que puedan producirse durante la aplicación del frío.
Criosauna
Consiste en cabinas heladas que alcanzan temperaturas extremadamente frías alrededor de los -100ºC. El tiempo de exposición es de unos dos o tres minutos, en función de la adaptación del deportista. Para lograr estas temperaturas tan bajas se suele utilizar nitrógeno. Aunque pueda parecer lo contrario, con las criosaunas se logra una sensación térmica mejor que con otra técnica muy habitual como es el pozo frío.
Dado el alto coste que tienen estos equipos, su uso se encuentra restringido a centros que ofrecen sesiones de crioterapia a sus clientes. Si encuentras algún centro cerca de tu ciudad, tal vez puedas experimentar qué se siente a -150ºC.
Criocompresión
En los últimos años han salido al mercado algunos productos que permiten aplicar frío al mismo tiempo que utilizan la compresión para lograr un efecto combinado que potencie aún más la recuperación de los deportistas. Otra ventaja de estos productos, que pueden verse en forma de «pantalones» de aspecto parecido a los usados en presoterapia es que son portátiles, por lo que se pueden utilizar en pruebas por etapas.
Inmersión en agua fría
Esta técnica consiste en sumergir el tren inferior en una piscina o tanque con agua a una temperatura aproximada de 12ºC. Con esto conseguimos los efectos mencionados anteriormente, junto con una agradable sensación de bienestar y ligereza. Comenzaremos con sesiones cortas de un par de minutos repetidas dos o tres veces. A medida que nos acostumbremos a la terapia, podemos aumentar la duración de las sesiones y el número de repeticiones.
Ducha
La ducha es un buen momento para aprovechar el agua fría y relajar la musculatura de tus piernas. Puedes alternar entre algunos minutos de frío seguidos de otros de calor. El inconveniente de este método es que en ocasiones, especialmente en verano, el agua no está lo suficientemente fría, y además se desperdicia demasiada.
Aerosoles
Los métodos anteriores son poco prácticos para deportistas aficionados que no pueden costearse las sesiones de criosauna, la adquisición de un sistema de criocompresión o que no tienen cantidades industriales de hielo para enfriar el agua de la bañera. Para nosotros existe una alternativa viable para experimentar los efectos beneficiosos de la crioterapia: los aerosoles.
Con los aerosoles el enfriamiento se produce al pulverizar un líquido que se evapora rápidamente sobre la piel. Inicialmente se utilizaba el cloruro de etilo, pero los nuevos aerosoles han sustituido este gas por otros más seguros ya que no son inflamables. La forma de aplicación consiste en pulverizar las piernas a una distancia de 45 cm aproximadamente mientras mantenemos el atomizador en posición vertical, haciendo pasadas de 5 segundos de duración, de 2 a 3 veces con intervalos de unos segundos entre uno y otro.
Juan Pablo Gonzalez
¡Qué ganas de que nieve para bajar a probarlo!
No desmostrado científicamente 100%
Es lo que hace Hugo Huguera desde el año pasado. Un adelantado!
Pero con barras emulando a Fernando Di Napoli
El rojo me va a quedar pintado!