Francia ultima la implantación a nivel nacional de una red de radares privados dotados con sistemas de detección de velocidad que servirán para sancionar a los que circulen con exceso de velocidad.
La velocidad excesiva o inadecuada es uno de los factores de riesgo relacionado con gran parte de los accidentes de tráfico que se producen en nuestras ciudades y carreteras. Cuando existe velocidad excesiva, la proporción de accidentes mortales es un 60% superior a cuando no la hay.
La velocidad excesiva también influye en gran medida en la mortalidad de peatones y ciclistas. A 30 km/h tan sólo el 5% de los peatones atropellados fallecerá a consecuencia del accidente, mientras que a 50 km/h la proporción de muertos se aproxima al 50%. A partir de 80 km/h prácticamente todos los peatones atropellados morirán a consecuencia de las lesiones sufridas.
Para luchar contra este problema, Francia desplegará una red de vehículos privados dotados de un radar que pretender frenar los excesos de velocidad en su red viaria. Tras una prueba piloto realizada en Normandía, las autoridades galas extenderán el servicio a nivel nacional a partir del próximo mes de noviembre. El despliegue comenzará con 26 unidades, pero se prevé llegar hasta los 400 vehículos camuflados. Esta red de radares permitirá ampliar el tiempo de vigilancia de los límites de velocidad que actualmente se encuentran en una media diaria de 1 hora y 15 minutos aproximadamente. Con el nuevo sistema de conductores civiles ese tiempo se multiplicaría, alcanzando hasta las seis horas diarias de vigilancia efectiva.
En Francia murieron 3.469 personas en la carretera en 2016, lo que supone un incremento de 0,2 % respecto al año anterior.
Son muchos los que opinan que las limitaciones de velocidad actuales son exageradas ya que las mejoras técnicas de los vehículos y de carreteras podrían permitir circular a mayor velocidad con total seguridad. Pero esta opinión no se corresponde con la realidad, pues el problema es que al aumentar la velocidad se potencia el error humano.
¿Y qué pasa con la distancia de seguridad?
Además de la velocidad excesiva, otro de los peligros a los que nos enfrentamos los ciclistas es el de la distancia de seguridad. De la misma forma que se pueden instalar radares de velocidad en vehículos privados, se pueden colocar cámaras de vídeo en las bicicletas que graben adelantamientos en los que no se mantiene la distancia mínima obligatoria.
¿Eres de los que todavía avisa de la presencia de la policía?
Todavía hay gente que avisa a otros vehículos de la presencia de un control policial. Lo he visto incluso por parte de ciclistas, que avisaban a los conductores con los que se cruzaban, algo inaudito. Es algo que no se debe hacer, nunca sabes a quien estás avisando…