El próximo sábado 10 de noviembre, de 10 a 14 horas, las urnas instaladas en las sedes de las federaciones autonómicas, recogerán los votos que decidirán la composición de la asamblea general de la RFEC, la cual nombrará al presidente que manejará el timón del ciclismo durante los próximos cuatro años. Corren malos tiempos y será a buen seguro una dura travesía, de modo que si queremos que el barco llegue a puerto, necesitaremos un buen capitán al timón.
Los principales hitos del calendario electoral son los siguientes:
- 28 de septiembre – Finalización del plazo para la solicitud de inscripción en el censo para votar por correo.
- 9 de octubre – Proclamación de candidaturas.
- 16 de octubre – Resolución de reclamaciones y proclamación definitiva de candidaturas.
- 3 de noviembre – Finalización del plazo para votar por correo.
- 10 de noviembre (10:00 – 14:00) – Votación presencial en las circunscripciones electorales.
- 1 de diciembre – Elección del presidente y de la comisión delegada.
Los censos electorales definitivos se encuentran publicados en los tablones de anuncios de la sede de la RFEC y de las sedes de todas las federaciones autonómicas. Para poder votar es necesario haber tenido licencia en 2011 y 2012.
El plazo para votar por correo ya ha finalizado, no obstante, los modelos oficiales de sobres y papeletas son estos:
° Sobre para la remisión del voto por correo.
° Sobre voto por correo.
° Sobre Elecciones a la Asamblea General de la RFEC 2012.
° Papeleta de voto para la elección de los representantes en la Asamblea General de la RFEC 2012.
Los problemas del ciclismo son muchos, aunque los triunfos de los Purito, Valverde o Contador no nos dejen ver el bosque, detrás hay un tremendo incendio que lo está devorando todo.
Este año España sólo ha dispuesto de una plaza para la categoría sub-23 en el mundial de Limburgo. El motivo es la desaparición de la mayoría de las pruebas nacionales de primera categoría, que son las que permitían ganar puntos a los aficionados españoles, quienes no se pueden permitir salir a correr fuera de nuestras fronteras. Pero si las pruebas de primer nivel se ven afectadas, las de menor categoría también sufren la falta de patrocinio y la escasez de corredores, que en algunos casos apenas tienen calendario para competir.
Dejando de lado el aspecto competitivo, el sector más numeroso del colectivo se siente completamente olvidado por los federativos. Me estoy refiriendo a los cicloturistas, quienes el único motivo que ven para federarse es ahorrarse unos euros en la inscripción de las marchas cicloturistas a través de esa especie de «impuesto» que es la obligatoriedad de disponer de la licencia de un día para poder participar.
Creo que no me equivoco si digo que la inmensa mayoría del colectivo ciclista ve a los federativos como meros chupones que disfrutan de una jugosa mamandurria (http://lema.rae.es/drae/srv/search?val=mamandurria) y que están más preocupados por perpetuarse en sus cargos que por el presente (no digamos ya el futuro) del ciclismo. Como ejemplo, esto es lo que comenta un compañero de pedaladas:
Ante esta situación tenemos dos opciones, dejar que el barco se hunda y empezar a construir otro, o intentar mantenerlo a flote y parchearlo para que siga navegando.