Vamos a contar cositas de la carrera que hemos disputado esta mañana. Hoy contábamos con refuerzos pues Juan Carlos y Adolfo vinieron desde Aranda de Duero, Carlos y un servidor acudimos desde Valladolid y Juanma llegó desde tierras leonesas. La participación rondó los 90 corredores, entre los que se echó de menos a representantes de la comunidad de Madrid, que optaron por participar en la marcha cicloturista Pedro Delgado.
La ola de calor ya pasó y en Lantadilla se agradecía el sol mientras esperábamos a que la Guardia Civil se aclarase y se pudiera tomar la salida. Aunque el viento no era muy fuerte, sí que soplaba algo de brisa, así que como es costumbre en esta carrera partimos con la consigna de estar atentos a los abanicos.
Sin tiempo para entrar en calor, nada más darse el banderazo de salida arrancó Ángel Garcia (D’Castro) y tras él nos fuimos otros cinco corredores (Julio del Salcedo…) que rápidamente nos entendimos y abrimos un pequeño hueco con el pelotón. Por detrás la gente seguía saltando para intentar contactar con nosotros; a punto de conseguirlo estuvo mi compañero Carlos, pero no me di cuenta y se quedaron a pocos metros de conseguirlo.
Giramos a la derecha, con viento a favor, para entrar en una carretera con firme bastante irregular y que picaba para arriba. Allí nos quedamos sólo dos integrantes del primer grupo y se nos unieron otros cuatro compañeros de refresco (Vigil del Bodegas Itariegos, mi compañero Juanma, Angel Azedo…). Sorprendentemente, enseguida nos entendimos y fuimos abriendo camino.
Llegamos a la M.V. y aprovechando que estaba por las primeras posiciones, arranqué sin pensarlo dos veces y gracias al factor sorpresa pude hacerme con el premio. Seguimos relevando perseguimos por un grupo de nueve unidades. Finalmente ambos grupos se fusionaron en torno al kilómetro 40 y seguimos relevando en buena armonía.
Al paso por Lantadilla se nos unieron los M50 y M60 (unos 15) así que la escapada era ya un pelotón de casi 30 unidades. En esta ocasión sí que tardamos algo más de tiempo en organizarnos para seguir tirando, pues las fuerzas eran muy dispares. A destacar entre los M50 al incombustible Meoqui, que desde el principio colaboró en los relevos y a nuestro compañero Adolfo, que tampoco se guarda nada.
Hasta completar la primera vuelta al circuito de Lantadilla – Itero de la Vega – Castrillo de Matajudíos sólo el paso por el premio de la montaña rompió la armonía en el grupo. Por allí pasó en primer lugar Azedo, seguido por Adolfo y por mi (Más Madera Valladolid).
Otro grupo más que venía persiguiendo consiguió contactar con la cabeza. En él rodaba Luis Ángel Vázquez, que llegó muy fuerte y lanzó varios ataques bastante duros e incluso llegó a rodar un buen rato en solitario. Esto le permitió pasar en primera posición por el segundo paso de la montaña, aunque Azedo, muy atento en cabeza, ratificó su victoria en esta clasificación puntuando de nuevo.
A partir de aquí se sucedieron los ataques en cabeza sin que ninguno consiguiera la ventaja suficiente para llegar a meta. Los más fuertes me parecieron Azedo, Cavero y Luis, aunque fueron muchos los que lo intentaron. Los 100 km que llevábamos ya en las piernas me pasaron factura y aunque estuve atento a la rueda de Azedo, gracias a lo cual pudimos llegar a un grupillo que rodaba con ventaja a falta de pocos kilómetros de la meta, las piernas ya no me respondieron para colaborar con la escapada.
Finalmente la victoria se decidió al sprint, imponiéndose Jairo (Inelecma), a pesar de que poco antes me había comentado que iba muy cansado 🙂
También hoy contábamos con duchas y un refrigerio en la meta compuesto por bebidas, tortillas, sandía. Sólo eché de menos el queso de la zona, habitual acompañante en esta carrera.
Entrega de premios y hasta el año que viene.