Como plantear una llegada en superioridad

A 40 kilómetros de meta un cuarteto encabeza la carrera, lo componen tres compañeros de un equipo y un cuarto corredor. Detrás rueda un trío a medio minuto. Es una situación soñada para cualquier director deportivo. En estos casos nunca hay que menospreciar al rival, y hay que valorar bien las fuerzas con las que cada corredor llega al final de la etapa.

El corredor independiente en el grupo cabecero marcha a rueda del trío de compañeros, que relevan para mantener la diferencia con los perseguidores.  Cuando se cuenta con mayoría en una escapada hay que evitar llevar a rueda a los rivales, pues cuanto más tiempo se mantenga esa situación, más oportunidades tendrán estos de dar la sorpresa. Pero con la amenaza que rueda detrás, tampoco es factible atacar demasiado pronto, pues la lucha sería desigual entre el corredor que consiguiera marcharse por delante y los perseguidores.

Lo más inteligente es dejar al corredor más rápido y qué mejores sensaciones tenga a rueda, mientras sus compañeros mantienen la distancia e incomodan al rival metiendo cuneta, arrancando… Siempre hay que evitar buscar la victoria con un determinado corredor basándose en criterios que no sean estrictamente deportivos, como algunas veces se hace buscando un mayor impacto mediático.

¿Y qué puede hacer el corredor que está sólo ante el peligro? Lo mejor, cuando empiezan a atacarte sin parar, siempre que las fuerzas acompañen, es evitar que se aprovechen de ti. Hay que intentar devolver el golpe y arrancar para obligar a los demás a perseguirte e igualar las fuerzas.

En los últimos kilómetros de la Omloop het Nieuwsblad de este año se pudo ver esta situación con los siguientes protagonistas. En el cuarteto cabecero Niki Terpstra, Tom Boonen y Stijn Vandenbergh del Etixx-Quick Step con Ian Stannard del Sky, vencedor de la edición anterior. A 40 kilómetros de meta les perseguían, con unos 30″ de desventaja, Van Avermaet (BMC) , Sep Vanmarcke (Lotto) y Zdenek Stybar (Etixx).

Los belgas cometieron dos errores, como en la película de Ted Post protagonizada por Clint Eastwood, llevaron a rueda a Stannard durante 35 km sin reservar a ningún corredor y gastaron la bala de Boonen, en teoría el más rápido de los tres, con el primero de los ataques. Por el contrario, el británico fue el más listo, aguantó el primer ataque de Boonen sin cebarse, manteniéndolo a una distancia prudencial y lo cazó en un repecho. Después lanzó su propio ataque, que descartó a Vandenbergh y a Boonnen y por último batió a Terpstra en un sprint cuerpo a cuerpo.