La localidad de Portocolom (Felanitx) acogió con gran éxito el XVIII Trofeo Internacional de Masters. El sol tampoco se quiso perder esta fiesta del ciclismo, lo que endureció el ya de por sí exigente recorrido.
Y pese al calor, en la categoría Master 30, 40 y Sénior no hubo tregua desde los primeros repechos hacia Felanitx. De hecho, la velocidad que imprimieron algunos corredores partió el pelotón en varios grupos. El principal, en el que estaban los mallorquines Raúl Jiménez, Fracisco Robles y Javier Peris, todos de la categoría Master 30, se entendió a la perfección en los más de 70 kilómetros de escapada, ampliando poco a poco la distancia entre el resto de corredores. Su máxima renta, 1:30 con respecto a sus perseguidores.
Pero en la última vuelta, un pequeño grupo comandado por el burgalés Teodoro Casabal (M30) recuperó la distancia perdida y logró contactar con la cabeza a 5 kilómetros de meta. Casabal no quiso parar la carrera y volvió a demarrar llevándose consigo a otros 4 corredores, que a la postre fueron los que se repartieron los cajones del pódium. El fuerte sprint y astucia de Casabal batieron a la pujanza mallorquina, encabezada por Jiménez y Robredo.
Desde la primera carrera, las categorías Master 50 y Master 60 volaron por el asfalto en las dos vueltas del recorrido, con una media de 40 kilómetros por hora. Hubo tensión y nervios, intentos de escapada, pero ninguna llegó a cuajar. Al final, sprint en línea de meta, en el que se impuso Ron Paffen (Holanda, M50) por delante del también holandés Marc Den Hued (M50). A siete segundos, el pelotón encabezado por Marco Grosseger (Alemania, M50), que se vio perjudicado por una caída a menos de un kilómetro de meta. El primer M60 fue De Kinkelder, que completó el pódium con claro color naranja.