Un año más se ha celebrado en muchas ciudades la semana europea de la movilidad. Valladolid ha sido una de las 1994 ciudades que ha participado en la edición de este año, de las cuales 606 han sido españolas, siendo nuestro país el que ha contado con la participación más numerosa.
A cualquiera que se mueva en bici por España este dato seguro que le parecerá extraño. Desde luego, nuestras ciudades, salvo casos muy (pero que muy) excepcionales, están diseñadas para moverse con coches particulares y son una especie de jungla donde los ciclistas contínuamente tenemos que sortear peligros y dificultades. En realidad son la antítesis de ejemplos de movilidad, ejemplos a evitar.
¿Donde está el truco os preguntaréis? Pues muy fácil, como queda muy guay presumir de ciudad sostenible y agradable, donde los peatones pueden pasear sin sufrir ruidos, humos y sin peligro de ser atropellados y donde pudiéramos movernos cómodamente en bici, se hace una interpretación laxa de las condiciones de participación y listo, ya «semos» europeos.
En la práctica, al menos en Valladolid, esta semana se traduce en colgar varias pancartas delimitando zonas «restringidas» que anuncian la celebración de la semana. Lo de restringidas es una broma, pues en realidad no se restringe nada, los coches particulares pueden circular por esas zonas como cualquier otro día del año. De hecho, el año pasado, el día de «la ciudad sin mi coche» ni se notó. Iba a decir que la cosa tiene gracia, el que «la ciudad sin mi coche» sea como otro cualquiera, pero la verdad es que no tiene ni pinta. Otra vez el truco está en que no se prohíbe la circulación a los coches particulares, sólo se pide que no se usen durante ese día.
Las ciudades pueden elegir entre varios modos de participar en este evento: «week of activity» que consiste en organizar actos sólo durante dicha semana del año, «permanent measure» que consiste en aplicar alguna medida a lo largo de todo el año para promocionar otros medios de transporte que no sean el coche particular y «In town without my car» que es el «día sin mi coche» y que consiste en reservar ciertas áreas durante todo el día para peatones, bicicletas y transporte público.
¿Adivináis que modos de participación ha seleccionado Valladolid? Pues sí, los de «Medida permanente» y el de «la ciudad sin mi coche». ¡Toma ya! Eso sí, nos hacemos un traje a medida (de esos que tanto gustan los políticos) y nos quedamos tan anchos.
Aquí os dejo un vídeo con un ejemplo de lo que ha sido la semana europea de la movilidad. Hechos, no palabras huecas ni buenas intenciones.
httpvh://youtu.be/HVm13C63EXI
Este año el «día sin mi coche» ha caído en sábado (la organización recomienda hacerlo el día 22) así que encima presumirán del efecto de la jornada comparando el tráfico con el de los días anteriores y si no, al tiempo. No he tenido ganas de salir a comprobarlo, pero ya veremos que dicen los periódicos.
La próxima medida para promocionar el ciclismo urbano será hacer obligatorio el uso del casco también en ciudad…
Esto es como el chiste, cuando el político español dice a sus colegas alemanes y franceses, señalando a un erial, ¿veis aquella autovía? Pues… la pasta para la buchaca. Era algo así:
El ministro de Obras Públicas alemán invita al español, y le da tanto la vara enseñándole obras y demás que el español acaba hecho polvo, y entonces se van a casa del ministro alemán. -Oye, qué casa tan bien puesta tienes, ¿es toda fruto de tu trabajo? El alemán le lleva a la ventana y le dice: -Mira, ¿ves esos bloques de apartamentos? -Sí. -Pues un 5 por ciento fue para mí. Al cabo de un tiempo es el alemán el que va a España, y va a a la casa del español. Bueno, nada de casa, un palacio; varias piscinas, cubiertas o al aire libre, jardines, campo de golf, tenis, cuadras, helipuerto... -Oye, qué maravilla de casa, ¿es todo producto de tu trabajo? El español le lleva a la ventana y le dice: -¿Ve la autopista? -No. -El cien por cien para mí.