Ciclismo máster Toda la actualidad sobre el ciclismo máster: carreras, noticias, crónicas, calendario, fichajes, mecánica, etc.
Hoy se ha disputado la carrera en ruta de los juegos olímpicos sobre un circuito que habia suscitado algo de polémica al ser considerado poco exigente y según algunas opiniones, diseñado para favorecer las opciones del corredor inglés Mark Cavendish.
A pesar del recorrido ¿o gracias a él?, la carrera ha sido bonita, con una gran lucha entre los bandos que querían controlar la carrera para llegar al sprint: UK, Alemania y Austria y el resto de naciones que tenían que endurecer la prueba para dejar atrás a los sprinters. La valentía y lucha de los corredores es lo que nos ha permitido disfrutar de la carrera, sin necesidad de ver a los ciclistas reptar por rampas imposibles. También ha ayudado el límite de 5 corredores por equipo, lo que hace muy difícil controlar la carrera desde el inicio, y la ausencia de radios que convierte a los corredores en robots al servicio de los «conductores» que dirigen los equipos.
Ha quedado claro que no es necesario tener 5000 metros de desnivel para que la carrera sea atractiva. Tampoco ha ganado «cualquiera», no creo nadie sin calidad gane una carrera, puede que no sea tan famoso como otros porque sus caracaterísticas no le permitan «rematar» como a otros, pero si gana es porque fue el más fuerte, el más valiente o el más listo.
Muy pronto se formó una escapada en la que destacaban Denis Menchov, Janez Brajkovic o el australiano Stuart O’Grady quien puso toda la carne en el asador para que la fuga caminase y abriese hueco con el pelotón. En lo que respecta a los españoles, Jonathan Castroviejo consiguió filtrarse entre los fugados y colaboró con los relevos para hacer trabajar por detrás a las selecciones de los sprinters .
Vincenzo Nibali y Philippe Gilbert fueron los más batalladores de la prueba, con varios ataques aprovechando la tachuela del circuito que subía al Box Hill. Gilbert llegó a rodar un buen rato en solitario en un ataque lejano muy arriesgado. A pesar de que su aventura no tuvo el final que hubiera deseado el belga, por lo menos jugó sus opciones, se dejó ver en la carrera y animó a los espectadores.
Luis León Sánchez agitó el manzano y provocó una escapada de unos 30 corredores entre los que estaba Nibali (es lo que tiene estar activo y rodar en cabeza, que cuando se forma una escapada tienes muchas posibilidades de entrar en ella), Cancellara, Vinokourov, Valverde, etc. De nuevo Castroviejo, que ha hecho todo un carrerón, se metió en la escapada y fue uno de los corredores que, junto a los suizos, llevó el ritmo de la escapada. Gilbert fue absorvido por este grupo, otra de las ventajas que tiene rodar por delante, que si se hace una escapada entras seguro.
Cancellara sufría una dura caída, en mi opinión por falta de concentración, algo difícil de mantener tanto tiempo como dura este tipo de pruebas, pero ya vemos las consecuencias que puede tener un pequeño despiste. El suizo dice adiós a los juegos olímpicos sin opción a disputar la prueba contra el reloj. Una pena para los que disfrutamos viendo a Espartaco maltratar los pedales.
Tras superar el desconcierto provocado por la caída, aquellos corredores menos rápidos o que no querían llegar al sprint empezaron a atacar. De nuevo en un movimiento arriesgado, pues supone gastar fuerzas que pueden necesitarse más tarde de cara a la llegada, Rigoberto Urán y Alexandre Vinokourov saltaron al unísono, uno por cada lado, y formaron un dúo cabecero que marchó imparable en busca de las medallas. Por detrás, el típico instante de duda que nadie se atrevió a solucionar.
En la llegada Rigoberto, en lugar de vigilar a su compañero de fuga, estaba más preocupado de calibrar la diferencia que tenía con los perseguidores, lo que aprovechó el Kazajo para arrancar, consiguiendo unos metros que el colombiano no pudo remontar. El resto de escapados llegó al sprint donde se impuso el noruego Alexander Kristoff.
Los españoles no pudieron hacer bueno el esfuerzo de Castroviejo. Supongo que llegarían justos de fuerza o confiaron demasiado en sus opciones al sprint, cosa que se demostró equivovada. El corredor más destacado ha sido Castroviejo, que parecía el conejito de duracell: y sigue, y sigue, y sigue…
