Ya de vuelta en casa tras disputar una nueva edición de esta ya clásica prueba que es posible gracias al trabajo de José Antonio y los chicos de la Unión Ciclista Burgalesa. Muchas gracias a todos por vuestro trabajo que nos permite disfrutar corriendo en bici, a pesar de que cada vez es más duro. En breve tendrán otra cita importante con la marcha cicloturista las Lagunas de Neila que con tanto cariño y saber hacer organizan un año más. Desde aquí os animo a participar; seguro que repetís.
Bueno, vamos al tema. 70 corredores en la línea de salida, eso de que las bicis son para el verano no se cumple por aquí ya que conforme llegan los meses estivales parece que la participación baja. En cualquier caso, el nivel de los participantes era alto, allí estaban los Casabal, Portilla, Peña, los locales del Burgos, Deportes Fernando, Turisleón y por supuesto mis compañeros del Más Madera. Alguno nos teme, pero como se verá, no nos comemos a nadie.
Salimos con un ligero retraso pues tuvimos que esperar por la ambulancia para no romper la tradición 🙂 Unos 30º C, aunque personalmente no yo no tenía sensación de excesivo calor. Sorprendentemente, tras el banderazo de salida a las afueras de la ciudad, nadie rompió la calma del pelotón, parecía que nadie quería hacer el saque de honor. No duró demasiado la calma y pronto comenzó el zafarrancho. Lo de siempre: contínuos saltos que eran neutralizados por el pelotón.
Tras girar a la derecha y entrar en una carretera estrecha con firme irregular me filtro en un corte con Peña (Sport-Mitic), y otros dos corredores. Al poco tiempo se nos une desde atrás otro grupo de unas seis unidades donde viene mi compañero Alberto y al rato llega Fran con Cavero. Mucha gente pero pocos dispuestos a colaborar. Peña no parecía dispuesto a esperar a nadie y en cuanto bajaba el ritmo del grupo, él se marchaba sólo por delante. Nosotros tampoco estábamos dispuestos a llevar al resto en carroza. Bien es cierto que algunos corredores sí que colaboraban en los relevos, pero la actitud del resto impidió que el grupo continuase unido. Toño del Turisleón, quien junto a Cavero eran de los que llevaban el peso de la escapada (sería por eso por lo que iban detrás a rueda), me hace un comentario dando a entender que siempre voy a rueda. ¿Mandé? No entiendo nada. Creo que desde atrás no se ve bien los que tiran y dan la cara por delante. Obviamante, lo que no voy a hacer es tirar por detrás cuando delante llevo a compañeros escapados (algo bastante frecuente). En fin, qué le vamos a hacer, aquí le dejo un vídeo para ver si le parezco un ruedero:
httpvh://youtu.be/8ABP2E44CZQ
Como digo, ante la falta de colaboración empezamos a arrancar. Yo me voy sólo a por Peña y Alberto me alcanza por detrás. Vamos a tope, pero por detrás nos alcanzan Cavero, un corredor del Cantabria y Fran. Nos quedamos seis corredores en cabeza pero los compañeros de fuga no parecen estar por la labor de colaborar así que seguimos arrancando uno tras otro: Fran, Alberto y yo. Finalmente nos ponemos de acuerdo y colaboramos todos.
Poco antes del primer repecho duro el pelotón nos pisa los talones, pero controlamos la distancia para impedir que se acerquen demasiado. El terreno tampoco favorece la caza. Pasamos agrupados el primer repecho con Fran y Peña marcando el ritmo. Parece que el pelotón, donde nuestros compañeros hacen el trabajo de control de los intentos de fuga se toma un respiro y la distancia vuelve a aumentar.
En el segundo repecho Peña impone un ritmo basante exigente que hace que me nos descolguemos, primero yo y después el corredor de cantabria. Por delante quedaban Peña, Cavero, Alberto y Fran. Peña y Cavero se aliaron para contrarrestar la ventaja numérica de Alberto y Fran. El trabajo de Peña neutralizando los inumerables ataques de Fran hizo que todos llegasen a la subida a la Cartuja de Miraflores juntos. En el sprint Cavero arrancó y Alberto, quien cometió el error de arrancar demadiado tarde, no pudo completar su remontada, entrando media rueda por detrás del corredor del Turisleón. Por detrás llegó Peña y más tarde Fran, desfondado tras haber intentado escaparse hasta la extenuación.
A continuación llegamos mi compañero de fuga y yo mismo, con el pelotón (o lo que quedaba de él) pisándonos los talones.
Sabor agridulce al final, pues aunque tácticamente corrimos bastante bien, cumpliendo la premisa de tener superioridad en las escapadas y controlando el pelotón por detrás, nos encontramos con un corredor como Peña que parece que tenga 20 años en lugar de cuarenta y tantos. Según he esuchado, sus cabalgadas en solitario en la categoría Élite eran frecuentes. Con lo que he visto hoy, ya me hago una idea. Creo que sólo la corona que más desgasta es la de 11 dientes 🙂
La entrega de premios estuvo algo descafeinada porque la gente salió escopetada para ver el partido de fútbol España – Francia. Los chicos del marqués del Bosque cumplieron y eliminaron a Francia. Esperemos que en el ya cercano Tour de Francia continúe la racha y vuelva a sonar el himno español en los Champes Elysees.
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